Un 24 de julio de 1783, nace Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, quien, ante su maestro Simón Rodríguez en el monte Sacro, juró no descansar hasta lograr la independencia de la opresión española. Dicho juramento fue más allá porque toda su vida la entregó a la lucha libertaria, sacrificando su vasto patrimonio y parte de su familia, recorrió kilómetros y kilómetros no para mendigar ni ser humillado, sino para proclamar la libertad, no solo de su Venezuela sino toda Latinoamérica. Muchos de sus seguidores ofrendaron sus vidas en el trayecto por las cordilleras y suelos inhóspitos, otros fueron inmolados en los campos de batalla para reivindicar la independencia.
Sin embargo, pese a las grandes épicas libertarias, la sociedad del nuevo milenio es la síntesis de lo que se ha hecho o dejado de hacer, especialmente en estos últimos tiempos se ha evidenciado un saldo desastroso, una pobreza devastadora y una acentuada polarización social, en especial de su natal Venezuela, pues la miseria cunde por doquier siendo muchos los parias en busca de la tierra prometida, sin embargo, lo que encuentran es rechazo y en muchos casos discriminación porque pretenden radicarse en otros países donde incluido el Ecuador se carece de fuentes de trabajo y oportunidades de vida. Ante estas circunstancias, se han visto orillados a prácticas denigrantes como la mendicidad y algunos hasta al delito, lo que ha producido una sicosis generalizada en la población por el temor a ser víctimas de aquellos quienes en grupo deambulan por las calles sin rumbo cierto.
En junio de 2016, Tony Blair, ex primer ministro de Inglaterra, en entrevista con la BBC dijo: “El venezolano tiene el gobierno que se merece. Por ejemplo, en el Cairo—Egipto los protestantes se fueron en masa unida a derrocar a Mubarac. Más de 4 millones salieron a las calles de Cairo y en todo el país casi 20 millones!. Así también se derrocó a Gadafi. El pueblo lo mató y a sus hijos los metieron presos y se les hizo el proceso internacional. En Venezuela no salen a protestar en Caracas ni 50 mil personas juntas. Batirán la piedra y esconden la mano, son muy pocos los valientes y demasiados los cobardes. El venezolano no tiene espíritu luchador y es muy probable que por su actitud sedentaria tengan el mismo destino que los cubanos. Ellos votaron por Chávez hace casi 15 años. Luego ha habido fraudes electorales como en otros países. Pues ahora el venezolano debe aprender la lección. Ellos llamaron a los demonios y ahora les será difícil deshacerse de ellos. Sobre todo porque son muy sedentarios y lamentablemente para la democracia del mundo, temo que no harán lo necesario por ella. La lucha por la libertad no es pacífica, es una lucha!. Caracas no ha entendido. Cada país tiene el gobierno que se merece. Son muy duras mis palabras, pero ellos deben saber que esa es la realidad. Ahora llegó el momento de demostrar que sí quieren la libertad. Me temo que Venezuela pueda estar perdida definitivamente y la culpa la tiene el mismo pueblo que se queja, pero no hace nada ni hará nunca nada de nada, aunque crea que sí lo está haciendo porque hay unos pocos valientes. En la unión está la fuerza. El venezolano no se une y es cobarde”.
Si lo dicho por Tony Blair cinco años atrás no es verdad: ¿Por qué entonces ellos no retoman la extraordinaria obra cumplida con esfuerzo tesonero en tantos campos de batalla y a través de la sostenida labor de pensamiento del Gran Simón, quien fusionó en un solo Estado Republicano a Venezuela, Nueva Granada y Ecuador, liberó a Perú y estableció a Bolivia? ¿Por qué no asumen la firme decisión del libertador, quien pese a la situación anárquica y las fuerzas disolventes que pugnaban con desquiciar la estructura de la República de ese entonces, jamás desmayó, todo lo contrario en las adversidades se fortaleció más? ¿Por qué sus arengas tan decidoras, hoy más vigentes que nunca, no les inyecta ese poderío para luchar por lo suyo?, ¿Acaso su juramento, su denodada entrega fueron en vano, no sirven como aliciente para recuperar fuerzas y devolverse a su tierra natal para pelear por la restauración de la democracia, de la paz social, de su libertad? ¿O es que de todo lo que escucharon solo asimilaron: “Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos”?…
¡No, no es posible…! ¡NO HERMANOS!, tomen su mochila y con su mirada fija al norte… avancen, porque solo allá está su “tierra prometida”, allá… en Venezuela, porque como él lo dijera: ¡«Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho» y «¡El arte de vencer se aprende en las derrotas!»
Narciza Tapia Guerrón